Tras un partido épico, es de justicia reconocer que la clasificación
del Bayern no ha sido injusta.
Tuvo una gran personalidad para reponerse
de un 2-0 tan tempranero y dominó los 90 minutos. Luego pagó el
esfuerzo en la prórroga cuando especularon los dos equipos. Fue el único
momento del partido que escapó a su dominio. Pero, casi todo el partido
mandó en el centro del campo. Excelente trabajo de Toni Kroos, que no
va a tardar en instalarse como uno de los grandes jugadores alemanes de
los próximos años. Hizo una doble función por detrás de Mario Gómez y en
la ayuda de Schweinsteiger y Luiz Gustavo y brilló como nunca lo había
hecho.
El Bayern dio siempre sensación de peligro, aunque no estuvieron
demasiado acertados ni Robben ni especialmente Ribéry. Una vez más, Di
María no exploró los problemas defensivos de Alaba. Y al final, la
pareja Badstuber y Boateng salvaron la papeleta mejor de lo que se
esperaba. Schweinsteiger está lejos de su nivel, pero al final aguantó
hasta marcar el penalti decisivo. Y el irregular Neuer tuvo un día
inspirado...
El Bayern es ahora el gran favorito en la final que jugará en su
misma ciudad y en su estadio, el próximo 19 de mayo.
Desde luego es superior a un Chelsea que mal haría en
meterse tan atrás como hizo ante el Barcelona. No es la final soñada,
pero para el Bayern es la final más importante de su historia, ante su
público y tras la dolorosa derrota ante el Inter del propio Mourinho,
que se jugó en 2010 en el Bernabéu.
La baja de Luiz Gustavo no será tan
importante porque entrará Müller y pasará Kroos al mediocentro. Y por
Alaba entrará el lateral Contento.
Fuente: as.com
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